En el momento de la lesión, y durante las 48 horas siguientes (período agudo de la lesión) se debe realizar:
- Aplicación de hielo sobre la zona afecta durante 15 minutos de 4 a 6 veces al día.
- Reposo de la extremidad, es decir, no apoyar sobre el pie afecto.
- Elevación del pie. Es decir, mantener el pie sobre una superficie alta, no apoyado en el suelo.
- Compresión relativa. Se puede realizar un vendaje para ayudar a disminuir el edema, pero siempre dejando los dedos del pie a la vista para controlar que el vendaje no está demasiado apretado (existe una buena circulación y por lo tanto los dedos tendrán coloración normal). Si está demasiado apretado los dedos se volverán de un color azulado y aparecerán hormigueos.
Pasado este período agudo, se puede realizar una carga progresiva sobre la extremidad y readaptación funcional del mismo. Es decir, se puede empezar a realizar ejercicios de tipo:
- Potenciación de la musculatura que rodea a la articulación para fortalecer toda la zona y proteger así la articulación. Se debe hacer especial incapié en musculatura eversora. Los ejercicios serán progresivos en cuanto a intensidad y repeticiones.
- Propiocepción: caminar sobre superficies inestables como colchoneta o arena para mejorar la estabilidad del tobillo y evitar futuras recaidas. En fases avanzadas se puede utilizar elementos como el Plato de Bohler.
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