La capsulitis adhesiva es un proceso que afecta a la articulación del hombro caracterizado por dolor y limitación de la movilidad de la articulación. Esta limitación de la movilidad es tanto activa como pasiva, y puede llegar a ser muy alarmante, tanto, que esta enfermedad también es conocida como hombro congelado (Codman 1934).
Es una enfermedad relativamente frecuente, que aparece entre los 40 y 65 años y con mayor predominio en el sexo femenino. Existe mayor riesgo de aparición en personas diabéticas o con patología tiroidea. En algunas ocasiones el proceso aparece tras un traumatismo en la zona, en otros casos el origen es completamente espontáneo, comenzando con dolor en los últimos grados de movimiento del hombro, limitación en las rotaciones y estiramientos capsulares y finalmente el proceso evoluciona hacia una pérdida de movilidad completa del hombro.
Este proceso se produce por una inflamación y fibrosis de la cápsula que envuelve a la articulación glenohumeral, que evoluciona hacia la resolución espontánea del problema. El proceso patológico de la cápsula se divide en 3 fases:
- Dolor: es el factor determinante en esta fase, el paciente siente dolor contínuo que aumenta al mover el brazo, por lo que tiende a protegerlo y moverlo cada vez menos.
- Rigidez: la cápsula se fibrosa y se pierde la movilidad. El dolor es menor o incluso desaparace, pero existe una limitación muy marcada. Generalmente los movimientos más limitados son la flexión y la rotación externa.
- Recuperación: la cápsula vuelve a sus características normales y se vuelve a recuperar el movimiento. Esta fase es muy larga, entre 6 y 30 meses de evolución.
El tratamiento de la capsulitis dependerá de la fase en la que se encuentre el proceso:
- En la fase de dolor y rigidez es muy importante movilizar precozmente el hombro en rangos no dolorosos para evitar una mayor evolución de la enfermedad. También es muy eficaz en esta fase el tratamiento médico y la infiltración con corticoides para aliviar el dolor. Hay que enseñar al paciente que no debe inmovilizar el brazo y que lo utilice de manera normal en todas las actividades que pueda.
- En la fase de rigidez y de recuperación el tratamiento será fundamentalmente fisioterapéutico, con una pauta de ejercicios activo asistidos y de potenciación, seguido de estiramientos capsulares, que serán imprescindibles para volver a recuperar el rango articular completo.
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