Los síndromes obstructivos respiratorios se caracterizan por una disminución global de los flujos respiratorios, especialmente del FEV1 y del FEV25-75 (primer valor que detecta la obstrucción) .
Las personas que padecen este síndrome suelen adoptar un tórax en tonel, ya que los volúmenes respiratorios se mantienen e incluso el volumen residual aumenta, aumentando por tanto la capacidad residual funcional. Sin embargo, este aumento de volúmenes non conlleva un aumento de flujo, ya que la vía aérea bronquial se encuentra disminuida y el aire tiene más dificultad para salir de los pulmones.
Esta incapacidad de movilizar los flujos se produce por una obstrucción bronquial que puede aparecer por EPOC (Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica) y por asma, así como por cualquier otro proceso que curse con disminución del calibre de la vía aérea bronquial.
La alteración de los flujos se observa tanto en la espirometría forzada en donde se observa la disminución de los FEV como en la espirometría simple en donde la curva flujo-volumen se convierte en cóncava.
Acorde a la variación de estos flujos, el Índice de Tiffeneau, que es la relación del FEV1/FCV se encuentra disminuído, así como el propio valor de la FCV (Capacidad Vital Forzada).
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